
¿Sabes cómo empezamos? ¿Has leído nuestra historia ?
Las recetas que se encuentran en cualquiera de las bolsas de Kekoa Foods en realidad fueron hechas en nuestra cocina, para nuestro hijo, mucho antes de que surgiera la idea de convertir sus comidas en una empresa.
Pero volviendo a la época anterior al nacimiento de nuestro hijo, siempre intentábamos comer bien, la mayoría de las veces comiendo un poco más de verduras en las comidas para poder tener algo de pastel o helado de postre los fines de semana.
David también se familiarizó con la jardinería a una edad temprana y aprendió desde muy temprano que nada sabe tan bien ni tan fresco como las verduras y las hierbas que cultivas en tu propio jardín.
Así que, una vez que tuvimos más espacio para plantar, David se puso manos a la obra cultivando una obra maestra de horticultura en nuestro jardín. Allí cultivamos diversas hierbas, varios tipos de frutas y muchas verduras. Cada año, con la llegada de la primavera y el buen tiempo, nos encanta llevar a nuestro hijo al vivero local a comprar semillas y empezar a planificar lo que cultivaremos cada año.
Nuestro jardín ha crecido muchísimo, y de hecho hemos tenido que despejar espacio en casa para traer las plantas del exterior cuando llega el otoño y el invierno, sobre todo las tropicales, como la piña y la plumeria. No las hemos contado, pero a simple vista sabemos que cada año compramos más tierra y macetas para protegerlas del frío. Está un poco abarrotado cada invierno, como Danny le recuerda a David una o dos veces por temporada, pero pocas cosas son mejores que tener hierbas aromáticas como albahaca fresca, ajo y romero en la cocina todo el año.
Los ingredientes de las comidas que preparábamos para nuestro hijo cuando era bebé provenían principalmente de lo que plantábamos en nuestro huerto. Y con el tiempo, esos ingredientes y recetas se convirtieron en lo que se puede encontrar en las tiendas de todo el país .
Incluso antes de la pandemia, la jardinería era una actividad que millones de personas en todo el país disfrutaban activamente. Sin embargo, desde la pandemia, la jardinería no ha hecho más que crecer . Pero cuando involucra a toda la familia, se convierte en algo más. Puede convertirse en una experiencia de aprendizaje, unión y crecimiento, tanto para las plantas como para los niños.
Animamos a la gente a cultivar alimentos. Es gratificante, saludable y quizás descubras que es una nueva experiencia para disfrutar con tus seres queridos. Considera lo siguiente al empezar tu propio huerto:
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Empieza poco a poco
Cultivar un huerto con niños no requiere un espacio grande. Empieza con algo tan sencillo como el alféizar de una ventana o un pequeño balcón. Empieza con hierbas fáciles de cultivar como la albahaca, la menta o el cebollino. Ver cómo estas hierbas brotan y florecen es emocionante para los niños y es la introducción perfecta al mundo de la jardinería.
Elige las plantas adecuadas
Seleccione plantas que no solo sean fáciles de cultivar, sino que también sean interesantes para los niños. Piense en coloridos tomates cherry, fresas o pimientos. Permita que sus hijos participen en la toma de decisiones. Cuando eligen qué plantar, se involucran más en su cuidado.
La jardinería enseña a los niños responsabilidad, ya que aprenden a cuidar sus plantas regándolas, desherbándolas y supervisando su crecimiento. También es una maravillosa lección de paciencia y de gratificación diferida. Descubrimos que la emoción del primer brote, la primera flor y, finalmente, la primera cosecha, es incomparable. La mirada de asombro de nuestro hijo al correr hacia las plantas cada mañana para ver cuánto crecían cada día es un recuerdo imborrable y preciado.
Los ciclos de la naturaleza
Desde la siembra hasta la cosecha, la jardinería es una forma práctica para que los niños aprendan sobre el ciclo de vida de las plantas. También fomenta el debate sobre la importancia de la luz solar, el agua y el suelo, así como del aire que respiramos, incluyendo el oxígeno y el dióxido de carbono, ofreciendo lecciones prácticas de biología y ecología.
La alegría de cosechar y cocinar
Hay algo increíblemente gratificante en comer lo que cultivas. Involucra a tus hijos en la cosecha y luego usa estos ingredientes en tus comidas. Puede ser tan sencillo como añadir albahaca fresca a una salsa para pasta o preparar una ensalada con lechuga de tu huerto.
Es una experiencia de unión
Cultivar juntos es mucho más que solo plantas. Es un momento para hablar, compartir y conectar. Para nosotros, es un momento para contar historias, hablar de nuestro día, de nuestra semana, de lo que nos preocupa y compartir experiencias, mientras disfrutamos de la compañía mutua en un entorno tranquilo y natural.
Un ejercicio de creatividad e imaginación
La jardinería fomenta la creatividad. Pintar las macetas o diseñar un jardín, comprar semillas, tierra y macetas, puede ser una excelente manera de desarrollar tu lado artístico y el de tus hijos.
Jardinería en interiores
¿No tienes espacio al aire libre? No hay problema. La jardinería de interior puede ser igual de gratificante. Cultiva hierbas aromáticas en macetas o prueba kits hidropónicos que te permiten cultivar verduras en interiores. Esta también es una excelente manera de enseñar a los niños diferentes métodos de cultivo.
El impacto ambiental
La jardinería es una excelente manera de educar a los niños sobre su impacto ambiental. Hablen sobre temas como el compostaje, la agricultura orgánica y la importancia de las abejas y otros polinizadores.
Celebrando el éxito y aprendiendo del fracaso
Desafortunadamente, no todas las plantas prosperan, y eso está bien. La jardinería es una excelente manera de enseñar a los niños a lidiar con la decepción y aprender del fracaso. Es una lección de vida que siempre recordarán.